Según informa el diario digital CTXT (ver aquí) el último estudio publicado por Intermón Oxfam en colaboración con el Stockholm Environment Institute, señala que el 10 % de la población más rica del mundo generó la mitad de las emisiones totales de carbono del mundo en 2019; tan solo el 1 % más rico produjo el 16 % de las emisiones de carbono a nivel global, la misma cantidad que el 66 % de la población mundial más pobre (5.000 millones de personas).
En el informe se estima que, a medida que vayan aumentando las temperaturas por encima del nivel al que el cuerpo humano se puede adaptar, las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se incrementarán de manera drástica, especialmente en las zonas con rentas bajas. En muchos casos las muertes relacionadas con las altas temperaturas vienen determinadas por la desigualdad.
Al obsceno consumo personal de los milmillonarios, hay que sumar las emisiones derivadas de sus inversiones en empresas. Las inversiones de este segmento de la población generan entre el 50 % y el 70 % de las emisiones. Según un estudio de Intermón Oxfam de 2022, la inversión industrial de 125 milmillonarios generó de media tres millones de toneladas de CO2 anuales durante la última década, una cifra que multiplica por más de un millón el promedio del 90 % más pobre de la población mundial.
El papel de las grandes corporaciones en la crisis climática está bien documentado, en especial en el caso de las empresas de combustibles fósiles. El 70 % de las emisiones industriales de carbono desde 1998 son generados tan solo por 100 empresas productoras de petróleo, carbón y gas.