Según informa el diario El Salto (ver aquí), varios días de temperaturas superiores a la media en el norte de Groenlandia han provocado un rápido derretimiento de la precaria capa de hielo del país el pasado fin de semana, lo que subraya por qué los científicos del clima y los activistas exigen políticas más ambiciosas para abandonar rápidamente los combustibles fósiles, la principal fuente de emisiones que destruyen el planeta.

La cantidad de hielo que se derritió en Groenlandia entre el 15 y el 17 de julio —6.000 millones de toneladas de agua al día— sería suficiente para llenar 7,2 millones de piscinas olímpicas”, informó el miércoles la CNN, citando los resultados del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo (NSIDC) de la Universidad de Colorado. “El deshielo en el norte [de Groenlandia] de la semana pasada no es normal, si se observan los promedios climáticos de 30 a 40 años”, dijo Ted Scambos, un científico de investigación del NSIDC. “Pero el deshielo ha ido en aumento, y este evento fue un pico de deshielo”.

El Ártico, que lleva más de un siglo calentándose debido a la creciente contaminación por gases de efecto invernadero, es una de las regiones del mundo que más rápido se calienta. En diciembre, los investigadores estimaron que el Ártico se ha calentado cuatro veces más rápido que el resto del planeta en las últimas tres décadas. Otro estudio reciente descubrió que 2021 fue el 25º año consecutivo en el que la capa de hielo de Groenlandia perdió más masa durante la temporada de deshielo que la que ganó durante el invierno. Ahora se prevé que, décadas antes de lo previsto, las lluvias sean más frecuentes en el Ártico que las nevadas.

En 2050, 150 millones de personas en todo el mundo podrían verse desplazadas de sus hogares sólo por la subida del nivel del mar, según algunas estimaciones. Si no se hace un gran esfuerzo internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, esa cifra podría ser mucho mayor.