El IPCC (Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático de la ONU) ha publicado, según informa el diario Público, el lunes 28 de febrero de 2022 el último informe sobre los riesgos asociados a la crisis climática y ha urgido, una vez más, a que los dirigentes mundiales tomen medidas para frenar la subida global de temperaturas. El texto de la publicación, que recoge el consenso científico en la materia, advierte de que el calentamiento del planeta «inducido por el ser humano» ya está generando riesgos «inevitables» para la población y el medio ambiente.

Aproximadamente, dicen los expertos, entre 3.300 y 3.600 millones de personas viven en contextos que son altamente vulnerables a los efectos de la crisis climática. La vulnerabilidad, sin embargo, se reparte de manera desigual y atiende a razones históricas como el colonialismo o el reparto económico desigual de la riqueza. De esta forma, la publicación señala a África Occidental, Central y Orental, Asia Meridional, América Central, América del Sur y los pequeños Estados insulares como las zonas más expuestas a la subida de 1,5ºC del termómetro global. Las sequías y la baja disponibilidad de recursos hídricos ya está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de estos territorios. Algunos de ellos, los ubicados en las zonas costeras, se verán a medio y largo plazo azotados por la subida del nivel del mar, lo que podría desembocar en una oleada migratoria sin precedentes.

El informe no sólo mira al futuro sino que constata las evidencias del presente. La inseguridad alimentaria aguda y la desnutrición relacionadas con inundaciones y sequías han aumentado en África y América Central y del Sur en los últimos años. Además, las zonas vulnerables del planeta registran ya una mortalidad hasta 15 veces mayor por sequías y tormentas –asociadas a la crisis climática– que las regiones más desarrolladas, habitualmente ubicadas en el Norte Global.

Se estima que actualmente cerca de 1.000 millones de personas habitan en zonas costeras que están en riesgo de inundación. Este número de población podría elevarse un 20% a finales de siglo si el nivel del mar aumenta tan sólo 0,15 metros respecto a los niveles de 2020.

Asimismo, el informe destaca que la desigualdad sigue lastrando la lucha contra el cambio climático, pues la mayoría de las respuestas se están dando de manera «fragmentada» y a «pequeña escala». «La adaptación observada se distribuye de manera desigual entre las regiones y las brechas se deben en parte a las crecientes disparidades entre los costos estimados de la adaptación y la financiación documentada asignada a la adaptación», indica la publicación, que señala que las desigualdades no sólo afectan por regiones sino por clases sociales, pues la falta de mecanismos de resiliencia para afrontar la crisis climática afecta sobre todo a los grupos de población con ingresos más bajos.

El IPCC alerta de la falta de tiempo, que es una ventana que se cierra para la acción, y señala que algunos ecosistemas han alcanzado ya el límite para su posible adaptación a la crisis climática. En el momento en el que se supere el umbral de calentamiento de 1,5ºC las posibilidades de actuar se verán cada vez más limitadas. Los expertos señalan directamente a las personas y los hogares de las zonas costeras que habitan en los pequeños Estados insulares de Oceanía y las comunidades agropecuarias de América Central o África, cada vez con un menor margen de actuación para adaptar sus economías a los riesgos de la crisis climática (inundaciones y sequías extremas que dificultan la supervivencia física de cultivos e infraestructuras).

Los flujos de financiación que se destinan a transformar las economías son insuficientes, dicen los expertos. Si bien, se registra un alza en las inversiones públicas para la resiliencia, estas no llegan al mínimo para implementar la adaptación de infraestructuras e industrias. Sobre todo en los países en desarrollo, lo cual enlaza directamente con la aportación que los países desarrollados, principales emisores de CO2 históricos, destinan a los países del Sur Global para mejorar sus economías en términos climáticos. Este es un tema que durante las últimas Cumbres del Clima (COP) ha quedado en el tintero.

«La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier retraso adicional en la acción global concertada perderá una ventana de cierre breve y rápido para asegurar un futuro habitable», dijo Hans-Otto Pörtner, copresidente del Grupo II del IPCC encargado de realizar este sexto informe.