Greenpeace, frente al creciente apetito por producir hidrógeno, señala que “no hay tanta demanda de hidrógeno para que se propongan tantas centrales. Lo que deberían hacer, tanto el Gobierno gallego como el central, es calcular cuánto hace falta y planificarlo bien. Pero no dan las cifras porque ni ellos mismos lo saben”.
De la misma manera, Greenpeace cree que las administraciones deben concentrar esfuerzos en electrificar todos los sectores posibles. Y no “construir plantas de hidrógeno y poner parques eólicos y solares solo para hidrógeno. No tiene sentido”.
Explica la organización que “el hidrógeno verde se consigue separando los componentes mediante hidrólisis. Este proceso se hace con energía renovable, por eso se dice que es verde. Pero lo cierto es que necesita ingentes cantidades de energía para producirse en las plantas electrolíticas”.
En ese sentido, en Greenpeace consideran un “sin sentido” la producción de hidrógeno verde como combustible. Argumentan que para su creación “ya necesitas la electricidad, en enormes cantidades. No tiene sentido producir este combustible para, por ejemplo, mover coches, si ya tienes la electricidad directamente”.
Los planes para construir plantas de hidrógeno verde en Galicia abundan. Naturgy, por ejemplo, intentará en Meirama un proyecto de 30 megavatios. Reganosa impulsará una planta de hidrógeno verde en As Pontes. Y Enagás y Acciona desarrollarán una planta similar en las instalaciones de Punta Langosteira. En Asturias, se estima la producción de hidrógeno verde y su utilización en la fabricación de acero.