Incinerar residuos en la Central Térmica de La Pereda va en contra de la nueva Ley de Residuos (ver aquí), porque destruye materias primas, es contradictorio con la economía circular y la estrategia de Residuo Cero. Tampoco se puede decir que la quema de residuos sea un práctica admisible dentro de una estrategia de Transición Justa, puesto que, además de poner en riesgo la salud pública, incrementa las emisiones de CO2 y, por tanto, es una actividad contraria a la descarbonización.

Y es que tal y como se acredita en un artículo de opinión publicado por el medio de comunicación asturiano NORTES, titulado «La nueva Ley de Residuos contradice el proyecto de incinerar basuras en La Pereda» (PINCHAR AQUÍ), una vez aprobada la nueva Ley de Residuos no es de recibo seguir adelante con el objetivo de fabricar, como mínimo, 86.000 toneladas de Combustible Sólido de Residuos (CSR) para su incineración en la Central Térmica de La Pereda (Mieres), por lo que urge la modificación del Plan Estratégico de Residuos del Principado de Asturias PERPA 2017 – 2024, ( ver aquí y aquí) para terminar con tal desvarío.

La fabricación de combustible de residuos (CSR) va en dirección contraria a la nueva Ley de Residuos, en cuyos artículos 24 y 25 se establece que “Las autoridades competentes, en sus respectivos ámbitos, promoverán el reciclado de alta calidad, de forma que se obtengan productos y materiales con calidad suficiente para sustituir a las materias primas vírgenes en procesos industriales”. “Para facilitar la preparación para la reutilización y el reciclado de alta calidad”, las entidades locales establecerán la recogida separada de papel, metales, plástico y vidrio; los restos de comida (biorresiduos) de origen doméstico en todos los municipios antes del 31 de diciembre de 2023 y los residuos textiles y los aceites de cocina usados antes del 31 de diciembre de 2024.

La utilización de los residuos para ser quemados -el CSR es una manera de introducir la incineración por la puerta de atrás- tiene graves consecuencias e impactos para el conjunto de la sociedad y el medio ambiente. En primer lugar, la fabricación del combustible de residuos compite con el reciclaje por los mismos recursos, que de ser reintroducidos en el proceso de fabricación de envases y embalajes supondría importantes ahorros de materias primas cada día más escasas.

En segundo lugar, la quema de CSR genera la emisión de algunas de las sustancias más tóxicas que se conocen (las dioxinas y furanos), asociadas a la presencia de plásticos en el combustible y sin tecnología conocida que evite su liberación a la atmósfera, con graves riesgos para la salud de la población puesto que se trata de sustancias que no se degradan en el medio y se acumulan en los tejidos grasos de las personas.

En tercer lugar, la fabricación de CSR alienta la mezcla de los residuos, puesto que si se van a quemar ¿Qué sentido tiene tomarse la molestia de separar en los hogares? Con lo cual se envía un mensaje muy negativo a la ciudadanía, contrario a la separación y el reciclaje.

Por todo ello, ¿Qué sentido tiene que la empresa pública Hunosa y el Ministerio de Industria sigan adelante con el proyecto de incinerar residuos en la Central Térmica de La Pereda para generar una mínima cantidad de energía, en comparación con el ahorro que supondría dedicar las materias primas recuperadas a su empleo en procesos industriales de fabricación de envases y otros bienes?

Hay que abrir una Mesa de Dialogo, en la que participen administraciones, vecindario y asociaciones ecologistas y sociales para modificar cuanto antes el PERPA. Hay que repasar todo lo hecho, poner en práctica lo que sabemos que funciona y aplicar lo que nos exige la nueva Ley de Residuos. No podemos seguir con un modelo obsoleto de gestión y tratamiento de los residuos contrario a la Transición Ecológica y Justa que necesitamos en los valles del Caudal y Nalón .

LEER ARTÍCULO COMPLETO PINCHANDO AQUÍ